Respuesta de las Trabajadoras Sexuales de Belo Horizonte, Brasil, ante las recientes medidas tomadas por el ayuntamiento, sustentadas en el estigma y la violación de nuestros derechos.
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Estamos viviendo una segunda ola del virus Covid-19 mucho peor que la primera, agravada además por el desconocimiento de la gente al insistir en que el virus no existe y por la incompetencia del Gobierno Federal en alimentar el negacionismo. Además, la negligencia gubernamental se manifiesta por la falta de un plan de vacunación, falta de insumos para una posible campaña de vacunación y la insistencia en recomendar tratamientos con medicación sin prueba de efectividad.
En medio de esta maraña de irresponsabilidad estamos las trabajadoras sexuales, sin apoyo, invisibles y asumiendo riesgos para poder poner comida en la mesa y mantener a nuestros hijos.
Y como si todo esto no fuera suficiente, tenemos que lidiar con declaraciones, publicaciones y videos llenos de desenfreno y prejuicios, tal fue el caso de la concejala Flavia Borja, como “representante del pueblo”, quien juró velar por el bienestar de la población, sin embargo apareció en un video agrediéndonos a las trabajadoras sexuales y cuestionando el funcionamiento de los establecimientos donde muchas de nosotras trabajamos, ocasionando que unas horas después la inspección local cerrara los establecimientos, negándole a más de dos mil mujeres trabajadoras sexuales el derecho al trabajo.
Sabemos que el tema es delicado ya que la interrupción de las actividades comerciales afecta a los más diversos sectores económicos de Belo Horizonte, agravando las desigualdades y vulnerabilidades existentes antes de la pandemia.
Las trabajadoras sexuales hemos enfrentado la falta de ayudas, con la falta de políticas públicas: cerrar hoteles sin planificación y estructura por ausencia del trabajo es cruel. Reclamar la permanencia de los hoteles abiertos puede no atraer la simpatía de la población (ya sea por el prejuicio y el estigma que rodea al trabajo sexual, o por el hecho de que, como los gimnasios, la actividad presenta un mayor riesgo para Covid, tanto para las trabajadoras como para los clientes)
Las tres organizaciones que trabajan en la región Guaicurus: Coletivo Rebu, Aprosmig y Clã das Lobas, han estado trabajando incansablemente con material informativo, con pruebas para Covid-19, con vivienda y apoyo alimentario para las compañeras trabajadoras sexuales, con la creación y realización de un comité para proporcionar orientación para el funcionamiento seguro de estos establecimientos.
El 100% de nuestros ingresos provienen del trabajo sexual, en nuestra región hay más de dos mil mujeres que mantienen a sus familias con este trabajo. Sabemos que hay que mantener las medidas de protección contra Covid-19 y hemos estado trabajando con medidas de cuidado, hasta hoy.
La concejala Flavia Borja no invitó a ninguna organización de trabajadoras sexuales a discutir la situación y consiguió lo que quería: hoteles cerrados y más de dos mil trabajadoras sexuales sin ingresos.
Esperamos la misma inquietud y la manifestación de lo anterior para poner comida en la mesa de todas nosotras y de nuestras familias, a la vista del estandarte de la concejala de “defensa de la familia”. A la concejala Borja le preguntamos: ¿quién se hará cargo de nuestras familias?
La concejala, así como el Ayuntamiento de Belo Horizonte, no presentaron soluciones a las miles de trabajadores de la región de Guaicurus, no solo de las casas de prostitución, sino de todos los comercios locales, que sufrirán los impactos de medidas. Observamos que, si bien la presencia de mujeres en el Poder Legislativo podría significar un avance para todas las mujeres, la actitud de la concejala solo demuestra que hay mujeres que ocupan puestos de poder, pero que actúan reforzando el estigma, el machismo y patriarcado.
Los concejales que se oponen a las trabajadoras sexuales refuerzan el estigma que recae sobre nosotros y no nos representan.
El Movimiento de Prostitutas en Minas Gerais, representado por Coletivo Rebu, Aprosmig y Clã das Lobas, en esta nota, pide a todos los Concejales electos en la ciudad de Belo Horizonte que expresen su opinión sobre el trabajo sexual que se realiza en la región de Guaicurus y sobre las trabajadoras sexuales desprotegidas durante la pandemia.
Coletivo Rebu, Aprosmig y Clã das lobas