Se presentó El Centro de Denuncias de VIH/SIDA y Derechos Humanos de la Red de ONGs que trabajan en VIH/SIDA en Paraguay y del que Asociación Unidas en la Esperanza (UNES) es miembro.
El centro tiene como misión gestionar denuncias de violaciones a la Ley de VIH/SIDA y a los derechos humanos vinculados a esta, dando el tratamiento, la derivación y el seguimiento correspondiente.
«Este centro se creó porque vimos la necesidad de tener un lugar donde reclamar. Estábamos cansadas de ir a las comisarías y no tener respuesta» declaró María Lucila Esquivel, presidenta de UNES, una de las organizaciones coordinadoras y responsable del área de salud en el Centro.
La existencia de una ley en Paraguay que establezca derechos, obligaciones y medidas preventivas relacionadas al VIH/SIDA no asegura hoy la ausencia de discriminaciones y ni amparo a las personas que viven y conviven con esta enfermedad.
«Desde el Centro trabajamos para que se conozca la ley y que para las personas puedan reclamar por sus derechos. Hace unos meses la red de organizaciones que conformamos el centro y que venimos trabajando hace tiempo juntas, fuimos a Alto Paraná a reclamar por unos niños que habían sido excluídos de la escuela por tener VIH, logramos que se retrocediera, pero no podemos permitir que eso suceda nunca más», sentenció Esquivel.
Dirigido a personas transexuales, personas que viven con VIH/SIDA, hombres que tienen sexo con hombres, mujeres trabajadoras sexuales y usuarios de drogas inyectables, el centro recibirá denuncias de las víctimas o de terceros que identifiquen una situación de discriminación y/o violación a los derechos humanos donde otras u otros son afectadas.
«Las consultas son totalmente gratuitas, y si el denunciante quisiera preservar el anonimato, una de las organizaciones de la red la presentará en su nombre», aclaró la presidenta de UNES.
Esta iniciativa nace como un reclamo de la sociedad civil organizada, frente a reiterados abusos a los derechos humanos; y como un proyecto amplio y abierto a la comunidad. «No queremos convertir al Centro en una oficina puertas cerradas, buscamos que las personas que allí trabajen como psicólogos, abogados, trabajadores sociales estén en la calle, con la gente porque es allí donde suceden las cosas», finalizó Esquivel.
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