El lunes se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Un día como este en 1960, tres activistas políticas – las hermanas Mirabal- fueron brutalmente asesinadas por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo. Más de cuarenta años después, seguimos luchando para que no haya más violencia y así, acceder realmente a una sociedad justa, igualitaria y plena de derechos para todas las mujeres.
Como trabajadoras sexuales, sabemos muy bien las diferentes formas de violencia que vivimos día a día. La invisibilización del trabajo sexual o la confusión entre nuestra actividad, el proxenetismo y la trata es violencia. Que hablen en nombre de nosotras y que no se nos consulte para legislar sobre nuestra actividad, es violencia. Que nos consideren víctimas, o mujeres explotadas y desvaloricen nuestra elección, también es violencia. A todo esto se suma, la violencia institucional junto con el estigma y la discriminación que vivimos por elegir ejercer nuestro trabajo. Todas estas violencias que pesan sobre nosotras las mujeres trabajadoras sexuales nos han servido para organizarnos, empoderarnos, tener conciencia de nuestros derechos, y luchar por condiciones de vida dignas libres de estigma y discriminación.
En este nuevo aniversario del 25 de noviembre, las trabajadoras sexuales de Latinoamérica y el Caribe -además de pronunciarnos contra cualquier acto de violencia de género – queremos compartir las acciones que venimos desarrollando para erradicar la violencia hacia las mujeres trabajadoras sexuales:
– Hemos logrado formar nuevas líderes trabajadoras sexuales para ampliar así el trabajo de lucha por nuestros derechos con más compañeras y también fortalecimos a nuestras organizaciones para que puedan ser referentes en cada uno de los países en materia de trabajo sexual y derechos humanos.
– Trabajamos en la derogación de todas las normativas que criminalizan a las trabajadoras sexuales y brindan amparo legal a la violencia.
– Sensibilizamos a los equipos de salud para generar buenas prácticas en la atención médica y porque creemos que el acceso a la salud integral es una forma más de erradicar la violencia.
– Capacitamos a las fuerzas de seguridad en temas de derechos humanos, legislación y trabajo sexual para lograr un trato más sensible hacia nosotras, que deje a un lado los constantes abusos con los que hemos sido tratadas por policías y guardias.
– Luchamos por la regulación del trabajo sexual en los diferentes países que integran nuestra Red, porque sabemos la única forma de acceder a una mejor calidad de vida y erradicar definitivamente la violencia contra nosotras es que nuestro trabajo sea reconocido como tal y que nuestra actividad esté en igualdad de condiciones con la de cualquier otro trabajador o trabajadora.
Somos sujetas de derechos: Queremos vivir y trabajar en condiciones dignas, con una atención integral de nuestra salud, sin estigma ni discriminación. Eso es luchar contra la violencia y es parte de nuestra lucha como mujeres trabajadoras sexuales, de una punta a la otra de nuestra región.