La inconstitucionalidad de la penalización del ejercicio del trabajo sexual que ya venían denunciando las Trabajadoras Sexuales de México (AMETS) y de la región (RedTraSex), ha sido confirmada por parte del legislativo de la Ciudad de México, tras la devolución de la Ley de Cultura Cívica por parte de la Jefatura de Gobierno de la capital mexicana.
La inconstitucionalidad de la penalización del ejercicio del trabajo sexual que ya venían denunciando las Trabajadoras Sexuales de México (AMETS) y de la región (RedTraSex), ha sido confirmada por parte del legislativo de la Ciudad de México, tras la devolución de la Ley de Cultura Cívica por parte de la Jefatura de Gobierno de la capital mexicana.
El pasado viernes 31 de mayo con 38 votos a favor, ninguno en contra y 8 abstenciones, las y los legisladores de la capital decidieron eliminar el artículo de la Ley que establecía multar y detener a trabajadoras sexuales y clientes de los servicios.
Este paso contundente en el camino del reconocimiento del trabajo sexual no es el primero sino, el resultado de haberlo dado en conjunto y por parte de aproximadamente 10 distintas organizaciones. Las cuales tan pronto como se hizo pública la mencionada Ley, sostuvieron al día siguiente una reunión con el diputado Temístocles Villanueva del Movimiento Revolucionario Nacional (MORENA -actual oficialismo del país y de su capital-), Geraldina González de la Vega presidenta de la COPRED (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México) y Armando Ocampo Zambrano comisionado de Atención a Víctimas en la Ciudad de México.
En este sentido, Montserrat Madrigal referente de la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales (AMETS) señala la importancia de la acción inmediata por parte de los diferentes colectivos, así como también las acciones de resistencia y divulgación que impactan directamente en el ideario equivocado que se tiene del Trabajo Sexual en la capital mexicana. Acciones como las que llevaron a cabo el pasado 2 de junio en el marco del Día Internacional de la Trabajadora Sexual y en las que se pronunciaron en distintos puntos de la ciudad, demandando el reconocimiento de sus derechos y el reconocimiento de su actividad como trabajo, poniendo en discusión los discursos estigmatizadores que desconocen y por tanto, invisibilizan su organización y resistencia política.
En referencia a la declaración de inconstitucionalidad y desde su organización la referente de AMETS sostuvo que “la ven bien porque es algo que se venía peleando desde hace años atrás”, sin embargo advierte atención por lo que se viene de ahora en más, sostiene que es preciso participar de las comisiones que van a elaborar el Proyecto de Ley de la regulación, ya que en las zonas de Trabajo Sexual están presentes organizaciones de comercio informal que cooptan espacios bajo la sospecha de corrupción, y principalmente porque cualquiera que sea el paso que sigue no puede ser dado sin ellas, las trabajadoras sexuales como las participantes activas en los debates que impactan directamente en sus vidas. Se debe legislar con ellas, y no, en nombre de ellas: “que no se haga sin nosotras y que abarque las consideraciones de Derechos Humanos” Sostiene la referente.
Este avance en el reconocimiento del Trabajo Sexual en la Ciudad de México como una actividad laboral que no tiene nada que ver con la trata de personas, ya está siendo objeto de la reacción de los sectores abolicionistas que insisten en la negación del trabajo sexual como trabajo, invisibilizando el acceso a ese derecho fundamental como al de autodeterminación. Y en ese sentido es que las acciones rápidas y conjuntas deben continuar en defensa de los derechos y es la causa por la que nos convocan a firmar y hacer parte de esta petición. Que está dirigida a las diputadas y diputados del Congreso y a la jefa de gobierno de la Ciudad de México. En la que se aclara que el trabajo sexual no es trata de personas, que son las trabajadoras sexuales quienes mejor pueden señalar cuáles son las formas de violencia y vulneración de derechos que han vivido. Y la prioridad de tomar en cuenta las voces de las trabajadoras sexuales: nada sobre trabajadorxs sexuales, sin trabajadorxs sexuales.