El Centro de Memoria Histórica convocó junto con ONU-Mujer a una reunión para la consulta a las organizaciones sociales sobre los procesos de construcción de memoria histórica desde la perspectiva de género, reconociendo que las mujeres no somos un sector, sino que estamos en todos los sectores.
A través del plan para la creación del museo de la memoria, se da el debate sobre la política de género en el marco del post-conflicto. ASMUBULI-SINTRASEXCO ha tomado una vocería importante no solo para posicionar las reivindicaciones y experiencias de las mujeres trabajadoras sexuales en el marco del conflicto armado, sino al mismo tiempo para exponer realidades y aportes para la construcción de paz desde el feminismo NO abolicionista del trabajo sexual, esto contribuye a la pluralidad del diálogo sobre la visión de género que se ha construido hasta ahora, en gran parte solo desde la academia.
Se consultó a ASMUBULI-SINTRASEXCO sobre el cómo debe ser representado el Trabajo Sexual en el Museo de la Memoria. La posición que planteamos fue que debe en primer lugar hacerse la aclaración de qué es trabajo sexual, y su diferencia con la trata y con la prostitución. Una vez entendido esto queremos que nuestra experiencia en el conflicto no se muestre re-victimizándonos y mostrándonos como una población vulnerable. Queremos que allí se denuncie la violencia que nos ha infringido y que se mantiene hoy en día, y que va más allá del conflicto armado. Deben considerarse también las situaciones de violencias a las que continuamos expuestas y que se empeorarán en el post-conflicto si no se previene. Queremos mostrar nuestro proceso de resistencia como mujeres que nos reconocemos como trabajadoras sexuales, muchas de nosotras migrantes, desplazadas por la guerra, y que hemos decidido autónomamente por el trabajo sexual como una decisión laboral que empodera, más aún en el contexto del conflicto armado y otras violencias.
Se hizo énfasis desde ASMUBULI-SINTRASEXCO que la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC no significa la paz. La paz como la ausencia de violencias debe construirse y no es sólo el silencio de los fusiles, la paz debe construirse acabando con las diferentes violencias y sobre todo las violencias que afectan a las mujeres por la desigualdad de género.
El museo estará ubicado justamente en la localidad de Bogotá dónde hay a varias zonas denominadas como «de tolerancia» o «de alto impacto» en las que se ejerce el trabajo sexual. Dado que la construcción del museo tiene también la responsabilidad del cuidado de los sus alrededores, cuestionamos el cómo se va a abordar esto sin recurrir a las históricas prácticas de «limpieza social».