Habla Fidelia Suárez, cabeza del sindicato que agrupa a 600 mujeres. Buscan formalizar su profesión.
El primer sindicato de prostitutas formalmente constituido en Colombia logró afiliar a 600 mujeres de seis departamentos en sus primeros cinco meses de labores.
Al frente del Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Colombia, fundado el pasado 26 de noviembre, está Fidelia Suárez, una cordobesa que fue trabajadora sexual, vive con su pareja y es madre de dos hijos. (Lea también: Mujer ayuda a trabajadoras sexuales en Medellín)
Según ella, el principal objetivo de esta agremiación es trabajar en un proyecto de ley para que ellas tengan los mismos beneficios y garantías de cualquier trabajador, y presentárselo al Congreso de la República.
¿Cuántas personas integran este sindicato?
Para comenzar, quiero decir que está integrado únicamente por mujeres biológicas. Ya se han afiliado 600.
¿No son pocas?
Somos pocas porque estamos en un país bastante complejo. Tenemos compañeras en sectores donde hay conflicto y los grupos armados ilegales no nos dejan llegarles con información relacionada con los derechos que tienen como mujeres colombianas y como mujeres que ejercen un trabajo legal, el trabajo sexual.
¿Qué porcentaje de esta labor representan esas 600 personas?
Hasta ahora estamos en seis de los 32 departamentos del país. Y en cada departamento hay al menos 25 municipios con establecimientos en los que hay compañeras, como también las hay en las calles y en los parques. Nuestra meta para este año es tener unas 2.000 mujeres que integren el sindicato de trabajadoras sexuales.
¿De cuántas mujeres dedicadas al trabajo sexual estamos hablando? ¿Más de 20.000?
Uyyy, ese es solo el dedo pequeño, somos muchísimas más. No tenemos una cifra exacta porque hay compañeras prepago y otras que trabajan a domicilio, que son diferentes; tenemos a las compañeras universitarias que después de terminar sus clases ejercen en algún establecimiento. (Además: Angie, la prostituta que quiere ser congresista en Perú)
También están las que trabajan fijas en algún establecimiento, aunque sin ningún tipo de protección social. A eso hay que sumar que en esta actividad hay mucha población flotante, que va de un municipio a otro o incluso de país en país (Suárez, por ejemplo, ejerció la prostitución en Colombia y Ecuador).
¿Está creciendo este oficio?
Hemos venido notando un aumento de la población trabajadora sexual de 19 a 25 años, que está afectando a las compañeras de cierta edad, a las que están entre los 40 y los 70 años.
¿Cómo han conseguido esas 600 afiliadas al sindicato?
Las hemos conseguido mediante talleres que hemos realizado en varias ciudades, como Cartagena. Las compañeras que han ido a esos talleres se han encargado de replicar lo aprendido y de explicar qué buscamos.
¿Cuánto vale afiliarse?
No tiene ningún costo, pero en los estatutos se estableció que se debe entregar una cuota de 3.300 pesos mensuales, pues por estar afiliados a la Central de Trabajadores de Colombia (CTC) tenemos que hacer un aporte.
¿Qué se necesita para afiliarse?
Nosotros no afiliamos por afiliar. Primero se hace un estudio de las compañeras, que no es de ocho días. Y así como hay normas establecidas para que cualquier trabajador participe en esta clase de organizaciones y acceda a beneficios, nosotras también las tenemos definidas en nuestro estatuto. (Vea: Explotación sexual infantil en Bogotá comienza antes de los 15 años)
¿Para qué sindicalizarse?
Esto nos va a permitir defendernos del acoso de la Policía, que nos persigue en todo el país. Pero también estamos buscando el reconocimiento de nuestro sindicato, lo que nos va a permitir fortalecer las alianzas de apoyo con entes gubernamentales y no gubernamentales que comparten la idea de que se debe valorar nuestro trabajo, a la luz de la igualdad de derechos que establece la Constitución.
Nuestro objetivo es tramitar en el Congreso de la República una ley construida por nosotras, que nos permita gozar de los beneficios que debe tener cualquier trabajador en Colombia. La idea es que nos beneficiemos todas, incluidas las que no formen parte del sindicato.
¿Con quién están trabajando este proyecto de ley?
Desde lo jurídico estamos con el senador Armando Benedetti (Partido de la U) y Víctor Correa (Polo Democrático Alternativo), representante a la Cámara por Antioquia, a partir de un trabajo de seguimiento para conocer las necesidades que tienen las trabajadoras sexuales. Aquí la idea es el beneficio de nuestras mujeres, no de terceros que las exploten.
¿Les molesta que las llamen putas?
Para nosotras, puta es cualquier trabajador o cualquier persona que tiene una herramienta de trabajo. Entonces, no nos ofendemos. Pero no somos putas, somos mujeres que ejercemos un trabajo sexual.
JORGE ENRIQUE MELÉNDEZ P.
Redacción Política
Fuente: El Tiempo