La propuesta implica gravar una pequeña tasa en las transacciones financieras internacionales y que se transformen en recursos para ayudar a personas que hoy viven en situación de extrema pobreza en todo planeta.
Se trata de gravar las transacciones bancarias, cambiarias y otro tipo de operaciones financieras entre instituciones. Se trataría de un impuesto que aprovecharía los efectos de las especulaciones financieras exclusivamente entre bancos, no afectando a usuarios finales.
La RedTrasex se unió a una campaña mundial, a través de la cuál miles de organizaciones y activistas están pidiendo a los países del G20 que adopten estos impuestos para promover para la salud, la educación, la equidad de género, erradicación de la pobreza, y las soluciones ambientales.
Frente a un contexto en que se prioriza luchar contra la pobreza mientras los fondos mundiales existentes cada vez son más escasos, los países del G-20 tendrán este año una gran responsabilidad en la formulación de políticas.
Desde la RedTraSex creemos en la justicia social y en la responsabilidad de los gobiernos en cubrir las falencias que los mismos sistemas económicos que ellos sostienen generan. Estamos convencidos que con un impuesto que regule los mercados financieros, se podrá contribuir a crear fondos adicionales y urgente para el desarrollo sostenible.
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