Esta es una de las consecuencias del modelo abolicionista/prohibicionista donde el Estado deja en situación de clandestinidad a las mujeres que ejercemos el trabajo sexual.
El pasado 11 de julio Jasmine murió tras ser apuñalada por su ex-marido. Como trabajadora sexual, era una activista por los derechos de sus compañeras en Suecia en donde el trabajo sexual es fuertemente perseguido por el Estado a través de sus fuerzas de seguridad. Unas semanas antes de su muerte, Jasmine había logrado la custodia de sus hijos luego de una larga batalla con su ex-marido y los servicios sociales suecos. La custodia le había sido negada por ejercer el trabajo sexual, en una clara demostración de discriminación y estigmatización; y había sido cedida a su ex-marido, quien termina siendo su asesino.
La historia de Jasmine se repite en diferentes ciudades del mundo, donde las trabajadoras sexuales no sólo vivimos el estigma y la discriminación sino también la violencia ejercida contra nosotras. Junto a esto, las reglamentaciones y normativas en contra del trabajo sexual –bajo los argumentos de persecución al proxenetismo y la trata de personas- terminan perjudicando a las trabajadoras sexuales que son penalizadas. Suecia es un caso paradigmático en este tipo de sanciones: desde 1999 está vigente la Ley de compra de sexo que castiga –con cárcel o multas-a quienes paguen por obtener servicios sexuales. La premisa sueca es que si no hay demanda no hay oferta. Un modelo como éste ha sido exportado a otros como Noruega, Islandia o Singapur y se quiere implementar en otros países europeos. De este lado del mundo, los cierres de locales nocturnos, whiskerías y cabarets recuerdan la misma política de persecución contra el trabajo sexual. Aquí y allá, estas medidas tienen como consecuencia –para nosotras-mayor vulnerabilidad y exposición a la explotación sexual, la violencia y los abusos del trabajo en la calle.
Desde Redtrasex, luchamos por defender los derechos de las trabajadoras sexuales en pos de garantizar las condiciones óptimas para nuestro trabajo y luchar contra el estigma y la discriminación que cotidianamente recibimos por nuestra elección. Adherimos a las manifestaciones que mañana viernes 17 se realizarán en distintos países por la muerte de Jasmine y repudiamos todo acto de violencia física y simbólica que se imponga sobre nosotras. De un lado y otro del mundo.