Estimadas compañeras, Queridos compañeros, compartimos con todas ustedes nuestro informe ejecutivo en el cual presentamos un balance de la primer fase de nuestro proyecto con el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, abriendo con muchas expectativos la segunda.
A través de este informe, damos cuenta de nuestro trabajo, nuestro proyecto y nuestras luchas, señalando que los mismos marcan un punto de inflexión tanto hacia el interior de la RedTraSex como para las trabajadoras sexuales de la región.
A través de este informe esperamos difundir las estrategias y actividades del Proyecto Regional que implementadas entre 2012 y 2013 desde la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), con apoyo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (FM).
La RedTraSex nació en 1997 con el objetivo de fortalecer a las Organizaciones Nacionales de Mujeres Trabajadoras Sexuales en la defensa y promoción de nuestros Derechos Humanos. Bajo el slogan “las Trabajadoras Sexuales no somos el problema, sino parte de la solución” nos sumamos al trabajo colectivo de luchar contra la pandemia del VIH con una visión específica: nosotras creemos que la mejor forma de detener la transmisión del virus es tener una perspectiva de salud integral (física y psíquica) y consolidar el empoderamiento de las compañeras, para que la prevención no sea sólo repartir condones en una campaña, sino también, que todas demos cuenta de que somos seres con derechos y que debemos exigirlos. Es por esta causa que impulsamos la capacitación y el fortalecimiento de las Organizaciones a nivel nacional y regional y buscamos que nuestra voz esté presente en espacios donde se decide sobre las políticas públicas que atañen a nuestro colectivo.
Con trabajo en 15 países de América Latina y el Caribe hispano —Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, México y República Dominicana— la propuesta tiene un alcance regional que impacta en las organizaciones y líderes trabajadoras sexuales. Esto significa que al finalizar el proyecto contaremos con trabajadoras sexuales capacitadas en materia de derechos, salud integral, género, incidencia política y fortalecimiento organizacional, que seguirán replicando el trabajo con otras trabajadoras sexuales. Nuestro original aporte radica en el lugar relevante que le damos a la organización de Mujeres Trabajadoras Sexuales y a la defensa de nuestros derechos.
Fruto de estos años de implementación contamos con organizaciones más sólidas y con líderes que sostienen un contacto directo con las bases. Esa es nuestra impronta y desde aquí nos sumamos a la respuesta integral al VIH, renovando ahora nuestro esfuerzo para continuar andando.
Somos las decisoras de nuestros proyectos y, al reconocer mejor que nadie nuestras necesidades, podemos buscar las respuestas más adecuadas. Esto se confirma con nuestra percepción sobre la temática de VIH/SIDA que nos toca tan de cerca y que decidimos abordar con una respuesta de salud y cuidado integral: Responder al problema del VIH/SIDA en la comunidad de mujeres trabajadoras sexuales, entendiendo la totalidad de las situaciones que nosotras vivimos y nuestro rol como organización de protección de derechos y con incidencia política.