Desde AMMAR se cuestiona que el trabajo sexual sea una argumento que usen jueces y juezas para quitarle la tenencia de un/a hijo/a a una madre.
Hace tres años que Nayla, trabajadora sexual, perdió la tenencia de su hija menor. Sin probar las denuncias interpuestas por Alejandro Pereira -expareja de la demandada- el 8 de agosto de 2012, la jueza Haydee Elena Matínez del Juzgado de Paz de Cañuelas emitió una orden de “restitución” de la menor al padre. En diciembre de 2014 la Cámara Segunda de Apelaciones de la Plata decidió restablecer el régimen de visitas pero Pereira no cumplió. Hasta la fecha Nayla sigue sin poder ver a su hija periódicamente y libra una batalla legal para volver a vivir con ella.
El 8 de agosto de 2012 la casa de Nayla, Trabajadora Sexual, ubicada en el barrio “Los Aromos” de la localidad de Cañuelas, Provincia de Buenos Aires, fue allanada por orden del juzgado de Paz de Cañuelas. La medida otorgaba la restitución de Alma, hija menor de Nayla, a su progenitor Alejandro Pereira, luego de que este interpusiera una denuncia contra la madre de la pequeña, quien nunca fue llamada a declarar. “El señor se presentó en el juzgado manifestando que él no podía ver a la nena e hizo la denuncia penal, también había denunciado antes a Nayla en otros juzgados por ejercer el trabajo sexual y supuestamente tener vínculos con redes de trata, causa de la que resultó sobreseída. Sin embargo, con la información brindada únicamente por parte del señor, la jueza Martínez emitió el mandamiento donde decidió sacarle la tenencia a la mamá y darla en guarda al padre”, declaró Soledad Rotta, abogada de Nayla.
Esto a pesar de que el informe socioambiental elaborado por la trabajadora social que acompañó el proceso registró que existía muy buena interacción entre Nayla y sus hijas y que la vivienda se encontraba en buenas condiciones de higiene y mantenimiento. El reporte también agregó que Nayla sufría violencia de género, situaciones que denunció oportunamente.
Dice Nayla: “La Cámara falló para que mi hija tuviera una revinculación con la hermana, con mis papás, mis abuelos, conmigo. Realizaron una en la que estuvieron presentes psicólogos y psiquiatras quienes establecieron que no había nada malo en mi rol de mamá, porque cuando me vio nos rompimos en abrazos y besos. En tres años no he visto a mi hija 22 meses y los otros 14 la vi 18 horas semanales, como mucho”.
Desde la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina se cuestiona que el trabajo sexual sea una argumento que usen los jueces para quitarle la tenencia de una hijo/a a una madre. Al respecto, Georgina Orellano, Secretaria General de AMMAR, declaró: “En Argentina el trabajo sexual no es un delito. Es absurdo que la justicia viole los derechos de las mujeres y les quite la tenencia de sus hijos por ejercer el trabajo sexual de forma voluntaria y autónoma. Eso no es justicia, es discriminación y estigmatización”. Y agregó: “Desde Ammar nos unimos a la lucha de Nayla e invitamos a la sociedad a acompañar sus reclamos. No podemos permitir que funcionarios de la justicia, como Haydee Elena Martínez del juzgado de Cañuelas, continúen dilatando el proceso a través de audiencias sin acuerdos, porque no hay nada que le niegue a Nayla la tenencia de su hija”.