En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales el pasado 2 de junio, en el que Amnistía Internacional y la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe RedTraSex, hemos hecho un llamamiento a los Estados de la región exigiendo garantías y respeto a los derechos de las personas trabajadoras sexuales en medio de la crisis mundial por la pandemia COVID19, es que hicimos parte de la convocatoria de Amnistía Internacional al Seminario web: COVID-19 y su impacto en los derechos de las trabajadoras sexuales: un diálogo entre las Américas, Europa y África, el pasado miércoles de 10 de junio
Así fue como, dando continuación a nuestros posicionamientos en la conmemoración del pasado 2 de junio, participamos de un seminario en inglés y español con traducción simultánea y abierto a toda la comunidad, en el que nos dimos cita Trabajadoras Sexuales de distintas latitudes, el cual contó con la presencia de Elena Reynaga, Secretaria Ejecutiva de RedTraSex; Marcela Romero, Coordinadora Regional de RedLacTrans; Nosipho Vidima, Oficial de Derechos Humanos y Cabildeo, SWEAT ; Kate McGrew, co-convocadora de ICRSE y presidenta de SWAI Irlanda, Conxa Borrell del Sindicato de Trabajadoras Sexuales OTRAS de España; con la relatoría gráfica de Valeria Rodríguez y en su calidad de moderadora, Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Y fue justamente Erika quien abrió el conversatorio señalando que esta pandemia ha venido a exacerbar las enormes desigualdades económicas en nuestros países, y en la posibilidad de conocer las realidades de las Trabajadoras Sexuales en otros continentes, Nosipho Vidima empezó advirtiendo sobre las criticas condiciones en las que se encuentran las personas Trabajadoras Sexuales en South Africa, la imposibilidad de trabajar por el confinamiento y el distanciamiento, la represión policial y las graves condiciones de hacinamiento, hambre y violencia que experimentan en los hogares de albergue que dispuso el gobierno de ese país. Comentó que para ellas es imposible acceder a la renta de emergencia de 200 Rands (aproximadamente unos 150 USD), debido a la fuerte estigmatización y la falta de reconocimiento como trabajadoras. En este contexto ellas se han dado a la tarea de reunir fondos para ayudar a las compañeras en medio de esta emergencia. Sin embargo el gobierno sudafricano sigue sin atender la urgencia y los reclamos de nuestras compañeras.
Por su parte Kate McGrew (Irlanda), señaló como el estado de emergencia global impactan en nuestras vidas y trabajo ante las nulas alternativas para generar nuestro sustento. Señaló que en Irlanda el COVID19 además de recrudecer la vulnerabilidad, está incrementando la penalización a las compañeras que se ven en la obligación de salir a las calles a tratar de trabajar, por parte de la ciudadanía en general y de la policía. Han sido excluidas de los pagos del gobierno, debido a la legislación.
Como alternativa comentó que muchas han comenzado a hacer trabajo virtual con webcams, pero que no todas pueden acceder a este medio para seguir trabajando, ya que los servicios virtuales también se han visto en algunas ocasiones intermediados por terceros, haciéndolos inseguros para muchas compañeras, siendo esa otra de las consecuencias de la falta de reconocimiento. Ellas desde el ICRSE han creado una convocatoria de demandas económicas, una petición para ser incluidas en los apoyos del gobierno, exigiendo que se elimine el acoso y el desalojo de viviendas.
“Estamos tratando de crear una acción política, pidiendo que haya un programa de ayuda en Irlanda, que haga los pagos a través de alguna organización. Necesitamos eliminar el estigma y encontrar formas de seguir sobreviviendo nosotras y nuestras familias. También somos madres. Nuestra existencia en la sociedad debe ser reconocida y dignificada”
Por su parte Marcela Romero, Coordinadora Regional de RedLacTrans señaló que lo primero que advirtieron cuando empezó el COVID19 fue la violencia institucional por parte de la policía, detenciones, humillaciones y maltratos. Alertó sobre la gravedad que implica la medida adoptada por algunos gobiernos de la región para regular la movilización de personas, basándose en la posibilidad de circular por días de la semana en función del género: “Cuando salíamos por el día que nos correspondía por nuestra identidad, nos decían que no podíamos, que teníamos que salir el día que salían los hombres”.
También dio cuenta sobre el empeoramiento de las condiciones habitacionales en este momento de confinamiento para las personas trans que ejercen el trabajo sexual, por sus excesivos costos y bajas condiciones básicas en un escenario de represión y de imposibilidad de ejercer el trabajo sexual. Señaló como gran problemática de la Latinoamérica a la pobreza, y la necesidad de que esta sea incluida en la agenda política junto con la exclusión social, la migración forzada y la vivienda.
“Lo que necesitamos es países laicos. Cada vez que intentamos, nos enfrentamos con religiones. Creo que tenemos que hacer un trabajo las feministas, para descolonizarnos, deconstruirnos, y poder transmitir eso a los gobiernos”
Elena Reynaga adhirió a las posturas de todas las compañeras, resaltando cómo nos une nuestra lucha en todas las latitudes, porque justamente, vivimos la misma problemática en todo el mundo.
En ese orden, nuestra secretaria ejecutiva señaló que en este contexto de COVID19, la RedTraSex ha implementado diversas medidas, como ha sido redestinar los fondos contemplados para talleres de fortalecimiento, a la compra de alimentos e implementos de primera necesidad para las compañeras que más los necesitan, así como también se ha dispuesto de asesoría legal para los casos en los que ha sido necesario en medio de este contexto de crisis. Así como también estamos implementando las vías de capacitación para trabajar virtualmente, sin embargo fue clara al mencionar que esa alternativa en nuestra región presenta otras dificultades, ya que la mayoría somos trabajadoras de calle y no todas contamos con la posibilidad de acceder a la herramientas tecnológicas, sin embargo dió cuenta de cómo esta alternativa también ha presentado para muchas la posibilidad de romper el estereotipo hegemónico de los cuerpos que creíamos que eran los únicos adecuados para trabajar virtualmente.
Le extendió su agradecimiento fundamentalmente a todas las compañeras Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe, quienes en cuarentena, se las arreglan para ir a recoger los alimentos y repartirlos, de este modo y gracias al trabajo y compromiso de todas, ya se han entregado más de 10000 ayudas a las compañeras de toda la región: “Ellas hacen lo que debería estar haciendo nuestro gobierno y todos los gobiernos del mundo. A todas ellas las amo y gracias por elegirme para ser su secretaria ejecutiva”.
Comentó que en este momento en la Argentina se adelanta una discusión sobre el reconocimiento de nuestro trabajo en el actual gobierno, el cual a través de su Ministerio de Desarrollo Social creó un formulario de inscripción de trabajadorxs populares en el que se incluía por primera vez al trabajo sexual como categoría. La alegría de dicho avance duro 5 horas, ya que los sectores abolicionistas se encargaron de retroceder en el acceso a derechos y el formulario fue eliminado de la página web oficial, imposibilitando a todxs lxs trabajadorxs populares inscribirse en el padrón estatal justo ahora, en este momento de cuarentena e imposibilidad de trabajar. Al respecto advirtió sobre la necesidad de seguir unidas y estrechar los lazos en nuestra lucha para dejar de ser trabajadoras precarizadas.
Resaltó que en América Latina ya tenemos 4 sindicatos legalmente reconocidos por los ministerios de trabajo y que somos 14 organizaciones que recorremos nuestros países, sin embargo aún falta mucho: “aún con todo ese avance el COVID vino a demostrarnos que el modelo capitalista fracasó”. Las Trabajadoras Sexuales somos en un 98% jefas de hogar y advirtió de qué manera todo lo que está pasado agudiza la violencia.
Anunció que desde la RedTraSex estamos incidiendo con la CEPAL y su propuesta para todos nuestros gobiernos de un Ingreso Básico de Emergencia (IBE), el cual debería tener una duración de 6 meses en el marco de la pandemia para todas las personas en situación de pobreza, y que implica un gasto adicional del 2,1 del PBI. Finalmente resaltó la importancia de luchar juntas por una agenda que nos beneficie.
“Las compañeras de Asia, Europa, África, todas, enfrentamos un mismo enemigo. Nosotras tenemos la obligación en nombre de todas aquellas que no tienen voz”.
Desde Barcelona, nuestra compañera Conxa Borrell del Sindicato OTRAS de España compartió lo que ha sido el trayecto de un año y medio, desde su nacimiento como primer sindicato de Europa para luchar por los derechos de las trabajadoras sexuales, y las enormes dificultades que implica esa tarea en un país que criminaliza. Resaltó la importancia de que las mujeres que ejercemos el trabajo sexual podamos seguir formándonos. Y cómo, ante la pandemia por COVID 19 y ante la falta de atención institucional, has sido ellas mismas las que se han puesto manos a la obra para poder ser solidarias con las compañeras. Sin embargo alertó: “Ni los ayuntamientos ni el gobierno central se han dignado en ayudar a un colectivo expresamente criminalizado. Por esta misma falta de derechos las mujeres están fuera de los apoyos”.
Desde el sindicato Otras y sobre la situación puntual en su país fue vehemente, al señalar la gravedad que suponen las políticas racistas que se exacerban con la ley mordaza y los mecanismos de control que hay detrás de las herramientas que eventualmente pueden devenir en deportaciones, ya que un alto porcentaje de las mujeres que ejercen el trabajo sexual en España son migrantes. Alertó sobre las violentas medidas de un gobierno feminista abolicionista y prepotente, que demuestra su preocupación con abandono: “Nosotras, las trabajadoras sexuales, siempre damos la cara, ¿por qué entonces el gobierno más feminista de la historia de España se esconde a la hora de enviar un simple mail? (…) Yo firmo con mis nombres y apellidos, no me escondo. Soy mujer, soy madre, soy trabajadora sexual”
Reiteró el llamado al que hacemos eco las Trabajadoras Sexuales en todas las latitudes del planeta, con el que exigimos políticas de verdadera igualdad para todas las mujeres, sin moralismos, prejuicios ni racismo.
“Soñar con un gobierno que ejerza un feminismo para todas, quizá sea demasiado ambicioso. Pero no desistimos, somos las parias. Desde esa posición de precariedad social en que nos obligan a vivir, nos atrevemos a soñar con un mejor futuro, donde todas seamos verdaderamente todas. Sin importar de dónde venimos, un mundo donde podamos decir con orgullo que trabajo sexual es trabajo”.
Erika Guevara Rosas directora de Amnistía Internacional para las Américas, fue clara al refrendar el compromiso de acompañar nuestra lucha:
“Ustedes han avanzado y para las organizaciones es un desafío y es momento para que nos unamos a su lucha, porque los derechos de las trabajadoras sexuales tienen que ser peleados y exigidos por toda la sociedad”.
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