Gracias a un fuerte trabajo de incidencia, las compañeras de Golondrinas lograron que se condenaran al agresor de Eneyda Moreno Chavarría, trabajadora sexual y activista de la organización.
El brutal ataque sufrido por la compañera nicaragüense Eneyda Moreno Chavarría en manos del sujeto José Anselmo Amador Granados, tomó notoriedad pública gracias al apoyo que tuvo el caso a través de los medios de comunicación de la RedTraSex (ver comunicado), organismos de derechos humanos, medios de comunicación masivos y distintas redes sociales. La repercusión de esta lamentable situación colaboró para que el caso tuviera su debido tratamiento y no pasara al olvido, como tantos otros ataques a trabajadoras sexuales.
“En los países de Latinoamérica y el Caribe se acrecienta la violencia contra las Mujeres Trabajadoras Sexuales, pero también cada día somos más las mujeres que comenzamos a hablar y a denunciar los atropellos que vivimos, organizándonos para luchar contra todo tipo de violencia, exigiendo que se nos trate como seres humanos, que se respeten nuestros derechos y que ninguna otra mujer trabajadora sexual sufra violencia de ningún tipo” explicó Fany Lilian Tórrez coordinadora de Golondrinas.
La activa colaboración de las integrantes de la Asociación Golondrinas fue clave en el esclarecimiento del caso, acompañando a la víctima durante su internación en el hospital, dando difusión al terrible hecho y participando como testigos claves en el juicio. “Las mujeres trabajadoras sexuales somos sujetas de derechos y reivindicamos una vida libre de violencia. Frente a cada situación de abuso e impunidad frente a la violación de nuestros derechos estaremos trabajando con organización, en búsqueda de justicia” reivindicó Fanny, convencida de que el camino que queda por recorrer hacia una sociedad igualitaria es largo, pero no imposible.