Las recomendaciones que la ONU ha realizado para la regulación del trabajo sexual y la prevención del VIH están siendo atacadas por una campaña internacional abolicionista que confunde el trabajo sexual con la trata. Este hecho nos hace pensar en las coincidencias con el panorama latinoamericano en donde nuestras voces también son constantemente silenciadas por los discursos del abolicionismo.
La organización Equality Now (que reúne a sobrevivientes de trata y que actúa desde New York, Londres y Nairobi) atacó duramente los informes emitidos por las Naciones Unidas donde se promueve la regulación del trabajo sexual como una de las políticas de reconocimiento de nuestros derechos. A través de una intensa campaña internacional, esta organización pretende que Naciones Unidas revise sus informes alegando que «quienes ejercen la prostitución necesitan ser reconocidas como víctimas del tráfico. No creemos que nadie lo elija”. Desde la Red de Trabajadoras Sexuales de América Latina y el Caribe (Redtrasex), repudiamos este ataque por querer imponer una mirada paternalista y autoritaria y así dar marcha atrás en la regulación de nuestro trabajo. Además queremos llamar la atención sobre las coincidencias preocupantes entre este tipo de ataques y la ola abolicionista y prohibicionista que constantemente hace lobby para frenar la regulación del trabajo sexual en nuestra región latinoamericana. Es paradójico que –de un lado y otro del mundo- las organizaciones anti-trata que dicen luchar por los derechos de las mujeres, sean las mismas que repudian los avances en políticas públicas que garanticen el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres que ejercemos el trabajo sexual.
Los documentos de Naciones Unidas -publicados ambos a finales de 2012- que están siendo el centro de los ataque de Equality Now son el Informe de la Comisión Global sobre VIH y Legislación: El VIH y la ley: Riesgos, derechos y salud, publicado por UNDP, y el informe de UNDP, UNFPA y ONUSIDA: Trabajo sexual y legislación en Asia-Pacífico. En ambos informes se reflejan las diferentes situaciones y contextos en los que se materializa el estigma y la discriminación hacia nosotras, y cómo esto nos afecta en el acceso a la salud, trabajo y justicia. Es importante resaltar que –por primera vez- trabajadoras sexuales de diferentes regiones fuimos parte de la construcción de estos documentos. No sólo exigimos la realización de estos trabajos de investigación sino que fuimos consultadas durante todo el proceso de producción. Nadie mejor que nosotras para aportar a las respuestas contra la vulnerabilidad de las trabajadoras sexuales ante el VIH, lo mismo que el estigma y la discriminación social, la violencia institucional y policial, la falta de buenas prácticas de atención médica acorde a nuestra actividad, entre otras líneas de acción que nos permitan una mejor calidad de vida.
Como trabajadoras sexuales nos vemos expuestas a una clandestinidad que se traduce en los constantes abusos y actos de violencia que se cometen contra nosotras. Vivimos la violencia de las fuerzas policiales que nos detienen en la calle brutalmente, el maltrato del personal de salud que muchas veces nos atiende de forma discriminatoria, la violencia institucional que no sólo no nos protege sino que nos estigmatiza como focos infecciosos de ITS (lo cual se traduce en exámenes compulsivos de VIH y en prohibiciones para trabajar si somos seropositivas), en la persecución a nuestros clientes, sólo por mencionar alguno de los maltratos que cotidianamente acompañan nuestra actividad. Ante todo esto, la solución es la regulación del trabajo sexual tal como recomiendan los informes de Naciones Unidas. Hablando específicamente del VIH/SIDA, desde Redtrasex creemos que el vínculo entre la epidemia y la regulación que muestran los informes de Naciones Unidas es clave: la mejor forma de prevención y cuidado que las trabajadoras sexuales podemos tener es el reconocimiento efectivo de nuestros derechos. Es sumamente importante el reconocimiento de que la epidemia de VIH no es sólo una de los mayores retos mundiales de salud pública sino que también es una crisis de legislación, derechos humanos e injusticia social. En ese sentido, reconocemos que estos informes recogen nuestra experiencia y nuestra lucha, ya que fuimos las trabajadoras sexuales quienes más supimos dar respuesta al VIH y logramos bajar la prevalencia de la epidemia en la región a partir del trabajo de prevención entre pares y la incidencia política en materia de derechos.
Pero las activistas de Equality Now se niegan a ver todo esto y como consecuencia, se han olvidado de nosotras. Sus críticas a los informes de las Naciones Unidas y su pretensión de hablar en nombre de las “víctimas del tráfico sexual” son claras manifestaciones del desprecio hacia todo el trabajo de sensibilización, incidencia política y fortalecimiento que las organizaciones de trabajadoras sexuales venimos realizando desde hace muchos años en pos de nuestros derechos.
En este sentido, los paralelismos entre estas declaraciones y el abolicionismo en nuestra región son evidentes. Aquí y allá se confunde el trabajo sexual con la trata y el proxenetismo, como si fueran la misma situación. Estas organizaciones –que nosotras no elegimos- dicen hablar en nombre de los derechos de las mujeres explotadas y representar sus intereses, dan rienda suelta a argumentos abolicionistas y hasta prohibicionistas acerca del trabajo sexual que no hacen más que seguir invisibilizando nuestras elecciones. Es tiempo de que se empiece a comprender que las personas tratadas no ejercen el trabajo sexual, sino que son esclavizadas. Basta revisar los datos emitidos por la OIT para comprender que la magnitud de la trata excede las discusiones acerca de la explotación sexual y es consecuencia del desconocimiento de derechos de poblaciones vulnerables por parte de los Estados, como también de la ausencia de políticas públicas:
• Casi 21 millones de personas son víctimas del trabajo forzoso: 11,4 millones de mujeres y niñas, y 9,5 millones de hombres y niños.
• Alrededor de 19 millones de víctimas son explotadas por individuos o empresas privadas y más de 2 millones por el Estado o grupos rebeldes.
• De aquellos que son explotados por individuos o empresas,14,5 millones en los sectores de trabajo doméstico, la agricultura, la construcción, la manufactura y el entretenimiento y 4,5 millones son con fines de explotación sexual forzosa.
• Aquellos que imponen o promueven el trabajo forzoso generan ganancias ilegales enormes.
• Los trabajadores migrantes y los pueblos indígenas son especialmente vulnerables al trabajo forzoso.
Por otro lado, los argumentos que utilizan las organizaciones que hoy se oponen al reconocimiento del trabajo sexual como Equality Now, rememoran los sostenidos por quienes en el siglo XIX se oponían a legislar los derechos laborales para las personas en situación de debilidad. Esas mismas personas eran compradas y vendidas como mercancía sin derecho a negociar condiciones y respeto alguno.
El trabajo sexual es una actividad que realizamos mujeres y hombres mayores de edad que -por consentimiento propio- decidimos sobre nuestro cuerpo y nuestros medios de vida. Somos nosotras las que nos reivindicamos trabajadoras, las que queremos decir que no somos víctimas, sino que realizamos el trabajo sexual por decisión propia. Tal como demuestran los informes de Naciones Unidas, hablar de trabajo sexual implica pensar en la regulación y la lucha de los derechos como una forma de mejorar nuestra calidad de vida. Aquí y allá, las trabajadoras sexuales nos estamos organizando para hacer escuchar nuestras voces y lograr las reglamentaciones que legislen nuestra actividad. Estamos luchando por erradicar el estigma y la discriminación que pesa sobre nosotras. Nuestra misión -desde América Latina y el Caribe – es seguir trabajando para que se reconozcan nuestros derechos.
¡Es tiempo de que se valoren nuestras voces y que nadie más hable por nosotras!
¡Hacia allí avanzamos!
Fuentes
Informe de la Comisión Global sobre VIH y Legislación: El VIH y la ley: Riesgos, derechos y salud. Recomendamos leer página 42 sobre trabajadoras del sexo:
http://www.undp.org/content/dam/undp/library/HIV-AIDS/Governance%20of%20HIV%20Responses/Commissions%20report%20final-SP.pdf
Informe de UNDP, UNFPA y ONUSIDA: Trabajo sexual y legislación en Asia-Pacífico:
http://www.undp.org/content/undp/en/home/librarypage/hiv-aids/sex-work-and-the-law-in-asia-and-the-pacific/
Nota publicada en IPS Agencia de Noticias:
http://www.ipsnoticias.net/2013/09/…
Comunicado de NSWP en respuesta al ataque de Equality Now contra la recomendación de la ONU que llama a despenalizar el trabajo sexual:
http://www.nswp.org/news-story/nswp-statement-response-equality-now-attack-un-recommendation-calling-decriminalisation-s