El 2 de junio se conmemora nuestro día y a través de estas líneas recordamos el origen de esta fecha y reivindicamos nuestra lucha por las mujeres trabajadoras sexuales caídas en la lucha por sus derechos.
El 2 de junio de 1975 ciento cincuenta mujeres trabajadoras sexuales ocuparon la Iglesia de St. Nizier en Lyón (Francia), para exigir el cese de la violencia policial.
El pueblo las protegió y apoyó su huelga, por primera vez las trabajadoras sexuales eran consideradas por el conjunto de la sociedad como mujeres con derechos.
Es el primer registro histórico de una huelga de trabajadoras sexuales de tanta magnitud. Las trabajadoras sexuales resistieron durante una semana hasta que el 10 de junio fueron violentamente reprimidas. La justicia nunca investigó la represión que sufrieron aquel día, ni la que denunciaban.
Hoy en todo el mundo las trabajadoras sexuales reivindicamos el 2 de Junio como el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales, un día para recordar a la sociedad que somos mujeres libres y con derechos. Pero también para alertar que muchas situaciones de violencia y discriminación hacia nosotras siguen afectando nuestras vidas y nuestro trabajo.
La criminalización del trabajo sexual facilita la represión policial, la violencia institucional y la violación de nuestros derechos humanos. Esta situación nos lleva a trabajar de manera clandestina, aumenta el estigma que pesa sobre nosotras y deteriora, aún más, las condiciones en que ejercemos nuestro trabajo. Algunas situaciones y normativas que violan nuestros derechos:
• En la lucha contra la trata, no se diferencia correctamente el delito de la trata de personas con el trabajo sexual autónomo ejercido por mujeres mayores de edad (actividad que no está prohibida). Las leyes anti-trata que son confusas en este aspecto, nos exponen a allanamientos y arrestos ilegales y en consecuencia a trabajar en la más absoluta marginalidad para no ser detenidas.
• Penalizar al cliente es penalizar nuestra actividad. Estas normativas punitivas nos llevan a quedarnos sin trabajo, porque los clientes dejan de contratar nuestros servicios por miedo y nos empujan a trabajar en la clandestinidad, exponiéndonos a los abusos y presiones de la policía, de clientes y dueños de bares.
• La criminalización de la transmisión del VIH, la obligatoriedad para realizarnos pruebas, que las mismas no sean gratuitas o confidenciales, portar carnet sanitario como requisito para trabajar, no son utilizados para el cuidado de nuestra salud, sino para controlarnos. Se habilitan abusos como el castigo de la prisión por un resultado positivo, la imposibilidad de trabajar y la denuncia pública por parte de dueños de bares o lugares cerrados donde ejercemos nuestra actividad.
• Someternos a exámenes ginecológicos obligatorios, no tener una atención integral, ser tratadas como objetos de investigación o recibir mal trato por parte del personal de salud solo provoca que muchas compañeras no quieran acercarse a centros de atención sanitaria, por el miedo a ser discriminadas.
La aplicación de las normativas explicadas sirve de justificativo para allanamientos y detenciones arbitrarias e ilegales, para la corrupción y persecuciones policiales.
¿Qué exigimos?
♀ Derogación de los códigos contravencionales/ códigos de faltas y otras normas que criminalizan al trabajo sexual.
♀ Sensibilización del personal de los servicios de salud para que recibamos una atención integral de la salud sin estigma ni discriminación.
♀ Capacitación a fuerzas de seguridad para garantizar el respeto de nuestros Derechos Humanos.
♀ Ser consideradas para el diseño e implementación de políticas públicas y legislaciones que reconozcan nuestros DDHH.
♀ Sanción e implementación de leyes que reconozcan el trabajo sexual autónomo de mujeres mayores de edad y garanticen el libre ejercicio de nuestra actividad.