La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) entregó a periodistas, senadores, diputados y legisladores una postal en la que reclama por derechos laborales y una factura simbólica de Monotributo por concepto de un servicio sexual. La iniciativa busca sensibilizar en torno a la necesidad de reconocer el Trabajo Sexual y otorgar derechos a las mujeres que realizan esta actividad.
En el marco del Día Internacional del Trabajo, la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina Ammar, envió a periodistas, senadores, legisladores y diputados postales en las que compara diferentes herramientas de trabajo con las utilizadas en el ejercicio del Trabajo Sexual. “Diferentes herramientas, los mismos derechos” se lee en la imagen. A la entrega se sumó una boleta de Monotributo simbólica por concepto de un “servicio sexual completo” que lleva la frase “Así facturaríamos si se reconociera nuestro trabajo”.
La iniciativa refuerza la lucha de la Organización por la aprobación de una ley que regule el Trabajo Sexual Autónomo y otorgue a las Trabajadoras Sexuales derechos como a cualquier miembro de la clase trabajadora. Además, busca que medios de comunicación y políticos reflexionen al respecto pues el Trabajo Sexual en Argentina no es ilegal, pero tampoco cuenta con un marco normativo que les garantice derechos y garantías a quienes lo ejercen.
“Aprovechamos una fecha tan importante como el Día Internacional del Trabajador y la Trabajadora, para sensibilizar a periodistas y tomadores de decisión con respecto al reconocimiento de nuestros derechos. La actividad que desempeñamos las Trabajadoras Sexuales no es ilícita pero nos obligan a ejercer en entornos clandestinos y criminalizan nuestros lugares de trabajo. A esto se suma el estigma social que pesa sobre la oferta de servicios sexuales. Si el Trabajo Sexual contara con un marco normativo contaríamos con el amparo estatal y nuestros derechos no serían constantemente vulnerados”, dijo Georgina Orellano, Secretaria General de Ammar Nacional.
Desde AMMAR reclaman una legislación más clara sobre la actividad. Al no estar prohibida pero tampoco regulada queda en un limbo normativo que obstaculiza el acceso a derechos de las Trabajadoras Sexuales. Las meretrices piden que se les reconozca el derecho a elegir y estar en igualdad de condiciones como el resto de la clase trabajadora; promover la incorporación de los/las trabajadores/as sexuales a los sistemas previsionales y asistenciales y acceso a la educación y a la salud integral; y el ejercicio libre del trabajo sexual, la organización sindical y la seguridad social.
“Nuestro trabajo es como cualquier otro: brindamos servicios a cambio de una remuneración económica. Lo mismo hace un/a periodista, un/a obrero/a, un/a profesor/a, un/a funcionario/a. Las herramientas con las cuales trabajamos son distintas pero los derechos deberían ser los mismos. Sin embargo, a nosotras no nos permiten acceder a una obra social ni a una jubilación”, agregó Georgina.
En 19 provincias argentinas continúan vigentes artículos contravencionales que llevan presas hasta por 30 días a las Trabajadoras Sexuales que ejercen en la vía pública. En distintos municipios están prohibidos los cabarets y las whiskerías, y los departamentos privados de Trabajadoras Sexuales Autónomas son allanados por los operadores estatales de las dependencias antitrata. En este contexto, AMMAR reclama por la derogación de artículos contravencionales vigentes que penalizan el ejercicio del Trabajo Sexual y por una regulación que garantice los derechos laborales de las personas que ejercen el trabajo sexual.