El 17 de febrero de 1922, las Trabajadoras Sexuales de un prostíbulo del Puerto de San Julián, se negaron a prestar sus servicios a los militares que reprimieron y asesinaron a los peones rurales durante las huelgas en Santa Cruz. Así lo registró Osvaldo Bayer en su libro “La Patagonia rebelde”.
94 años después de la resistencia de las Putas de San Julián, las integrantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) recuerdan el hecho como un hito de la rebeldía de las Trabajadoras Sexuales ante la represión en el país. El historiador anarquista Osvaldo Bayer investigó la negativa de un grupo de meretrices a prestar sus servicios a los militares que habían reprimido y asesinado a los peones rurales que estaban en huelga en Santa Cruz en 1922.
El acontecimiento estuvo contemplado para ser el final de la película “La Patagonia rebelde”, basada en el libro homónimo de Bayer y dirigida por Héctor Olivera en 1974. Según Bayer en un artículo publicado por Rebelión, los militares de la época se negaron a que ese fuera el cierre de la película. “Los militares dijeron que saldrían a la calle el día del estreno y no permitirían que se estrenara el film. Hubo un tira y afloja y finalmente accedimos poner otra escena final para poder así hacer conocer el tema de la represión de las huelgas patagónicas, un tema tan escondido siempre”, asegura Bayer en el texto.
A mediados de 2013 el dramaturgo Rubén Mosquera recreó la historia en una obra que se llamó “Las Putas de San Julián” y se estrenó en el Teatro Nacional Cervantes con la actuación de Osvaldo Bayer. Las Trabajadoras Sexuales de Ammar estuvieron presentes en la puesta en escena. Hoy, al recordar la obra resaltan la importancia de difundir a través del arte, un acontecimiento tan significativo para el movimiento de Trabajadoras Sexuales en Argentina.
“El 17 de febrero es una fecha muy significativa para nosotras porque demuestra que la organización de Trabajadoras Sexuales argentinas en contra de la Violencia Institucional data de principios del siglo XX, 72 años antes de la creación de Ammar», dijo Georgina Orellano, la Secretaria General de AMMAR, y agregó: «Nos emocionó mucho cuando Rubén Mosquera llevó al teatro este hecho tan simbólico para las Trabajadoras Sexuales que estamos organizadas. En 1922 las compañeras se solidarizaron para repudiar la represión hacia la huelga de los peones rurales; en los 90 nos organizamos como AMMAR para rechazar los edictos policiales que estaban vigentes en Capital Federal y llevaban presas a nuestras compañeras hasta 30 días. Hoy, con casi 21 años de organización seguimos luchando por el reconocimiento de nuestro trabajo para poder acceder a derechos laborales».
En 1994, 72 años más tarde de la huelga de las Putas de San Julián, las Trabajadoras Sexuales argentinas se organizaron de nuevo. Esta vez para exigir la eliminación de los artículos contravencionales que penalizaban la oferta de servicios sexuales en la vía pública. El colectivo que nació en ese momento fue la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), la organización que reúne hasta la actualidad a las Trabajadoras Sexuales del país.
Desde 2013, AMMAR reclama no solo la eliminación de los artículos contravencionales que siguen vigentes en 19 provincias, sino que el Estado argentino le otorgue un marco legal al Trabajo Sexual Autónomo para que las mujeres que ejercen esta labor puedan acceder a derechos laborales.